Estrés, gran enemigo del sistema digestivo. ¿Qué hacer?
Seguro te ha pasado que estás en un momento de nerviosismo y sientes mariposas en el estómago, ansiedad de comer o, por el contrario, pérdida de apetito. ¿Cierto? Esto se debe a que las emociones están completamente ligadas al sistema digestivo… y muchas veces el estrés afecta las funciones básicas de este sistema.
¡No te preocupes! En este artículo te contaremos cómo el estrés afecta a tu digestión y qué puedes hacer para solucionarlo.
El sistema digestivo y los estados emocionales
Nuestro sistema digestivo refleja nuestro estado emocional en gran medida, en momentos de gran ansiedad y estrés es común que nuestro cuerpo libere grandes cantidades de cortisol y catecolaminas, hormonas que, en exceso, afectan al sistema digestivo puesto que se desactivan las funciones inmunes, provocando que el cuerpo se sienta amenazado. Este tipo de situaciones suelen causar enfermedades como colon irritable, reflujo, ardor de estómago, inflamación intestinal, dolores abdominales o, simplemente, una mala digestión.
Por otro lado, el sistema digestivo es el encargado de producir serotonina, seguro que has escuchado de esta hormona, pues también es conocida como “la hormona de la felicidad”. Es decir, la carencia de esta hormona produce un estado de ánimo mucho más bajo, dificultad para dormir, cambios en el apetito y una lentitud en nuestra digestión. Impresionante, ¿verdad?
Recuerda que nuestras tripas son reflejo de nuestro ánimo, lo que se traduce en una gran transmisión de emociones que afectan directamente el funcionamiento de nuestra digestión; por lo que resulta primordial prestar atención a esta situación.
Tu cuerpo y el estrés
Primero hablemos del estrés. En realidad, el estrés por sí mismo no es malo, el verdadero problema empieza cuando éste es crónico. De hecho, el estrés es necesario para el ser humano ya que necesitamos estar alertas y adaptarnos a cambios, de esta forma el estrés resulta útil de manera temporal y ocasional. Es una preparación para la defensa ante el cambio y la necesidad de adaptación.
Sin embargo, como mencionamos, el estrés debería ser sólo temporal. Si llega a ser crónico puede producir enfermedades serias de manera física y mental. Algunas consecuencias del estrés son:
- Desequilibrio de la flora intestinal, lo que provoca alergias, intolerancias y dolor estomacal
- Alteraciones estomacales
- Pérdida de capacidad de regeneración en la mucosa gastrointestinal
¿Cómo puedo controlar el estrés?
Necesitamos incluir rutinas en nuestro día a día que ayuden a reducir el estrés y la ansiedad. No es cuestión de tiempo, es cuestión de ganas. Es importante que empecemos a pensar en nosotros mismos y nos hagamos espacio para hábitos saludables.
Algunas actividades esenciales para una rutina saludable son:
- Descansa al menos 7 horas al día. En caso de que tengas problemas para dormir, te recomendamos leer: Consejos para dormir bien
- Busca una actividad que disfrutes hacer, es importante que tomes momentos de relajación para ti. Por ejemplo, medita al menos tres veces a la semana… y recuerda que cinco minutos es mejor que ninguno.
- Mantén una dieta saludable, esta se verá reflejada en tu humor. Además, recuerda controlar tu peso por un tema de salud y autoconfianza.
- Realiza rutinas de autocuidado, por ejemplo, medita en lunes, realiza actividades de movilidad los martes, hazte un facial los miércoles, etc. ¡Busca momentos para apapacharte y hazlo una rutina!
- Haz ejercicio, es un hecho que es uno de los mejores hábitos que puedes tener
- Incorpora productos que te ayuden a mejorar el estrés, por ejemplo, la vitamina B5 y B6, el magnesio y el Zinc son grandes aliviadores de estrés.
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